Involucrados en la constelación

Las estrellas menos brillantes que hacen visible la constelación

En publicaciones anteriores repasamos los detalles y las implicancias de los roles de Gestor y de Ejecutante. Ahora toca un rol menos visible: el de las personas que, sin estar a cargo directo del trabajo ni realizar su núcleo principal, lo hacen posible.

Los Involucrados son aquellas personas que proveen entradas, reciben salidas, responden consultas o validan partes del trabajo. Algunas de estas intervenciones están previstas como parte de su función habitual; otras surgen de condiciones emergentes. Pero en todos los casos, son piezas clave para que el proceso fluya. Sin involucrados comprometidos, el trabajo no se completa.

Ahora bien, ¿qué los distingue de los ejecutantes? Para responder, conviene observar cómo se organiza usualmente el trabajo. En la estructura tradicional, los ejecutantes pertenecen a un mismo sector con un jefe común. Dentro de ese espacio, forman una constelación liderada por un gestor que también responde a ese jefe. En cambio, los Involucrados pertenecen a otros sectores. Su colaboración no surge de la cadena jerárquica, sino de la articulación transversal que exige el trabajo real.

En el marco P4Mf, esa articulación se reconoce y se diseña. Porque muchas organizaciones asumen que estos vínculos “ocurren naturalmente” —como si bastara con pedir colaboración para que aparezca—, pero después se quejan de que los procesos no avanzan, de que las áreas no se hablan, de que nadie se hace cargo. P4Mf pone sobre la mesa esta dimensión y le da un lugar explícito: los involucrados no son satélites circunstanciales, sino parte activa de una constelación funcional.

Así como el cielo tiene estrellas que sólo vemos de noche, las constelaciones operativas tienen vínculos que solo se hacen visibles cuando se activa un trabajo concreto. Esa imagen, que puede parecer poética, tiene una utilidad práctica: nos recuerda que, aunque no veamos las conexiones, siguen ahí. Y que si esas estrellas pierden su brillo —si los involucrados se desconectan, si se desentienden de los acuerdos asumidos—, la constelación deja de operar como tal.

Esta es una de las claves del enfoque de P4Mf: mirar el trabajo no sólo como una secuencia de tareas, sino como un conjunto de interacciones que deben ser reconocidas, diseñadas y sostenidas. Cambiar el modo en que pensamos esos vínculos es parte del cambio de mentalidad que propone el marco.

La serie de la cual esta publicación forma parte no busca enseñar cómo aplicar el marco P4Mf. Sólo pretende mostrar la lógica del marco, cómo se diferencia del enfoque habitual y qué pistas ofrece para quienes buscan mejorar su gestión operativa. En esa línea, esta publicación se focaliza en un rol que puede pasar inadvertido, pero es esencial: el de Involucrado.

Ellos, los involucrados, quizás sean las estrellas menos brillantes de cada constelación. Pero si perdieran ese brillo, no habría constelación.

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