Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Work Hours
Monday to Friday: 7AM - 7PM
Weekend: 10AM - 5PM

El verdadero compromiso con la implantación de P4Mf se pone a prueba cuando es necesario realizar ajustes en la rutina laboral cotidiana.
En el artículo anterior vimos cómo, incluso antes de iniciar la implantación, las actitudes marcan el ritmo del proyecto. Ahora ingresamos al tramo donde el método se pone en práctica: el entrenamiento, los ejercicios y el trabajo real. Aquí las posturas se vuelven más visibles: algunos descubren oportunidades de aprendizaje, otros protegen rutinas que dicen querer mejorar.
Durante el Taller inicial ya se elabora un borrador de Pracis sobre un proceso elegido para mejorar. Ese proceso suele incluir un Ejecutante que recibe elementos de un Involucrado. Allí comienza la exploración: identificar mejoras, probarlas, y entre una sesión y otra, investigar, ajustar y compartir resultados.
Otra instancia clave para observar reacciones es durante el enunciado del entrenamiento. Hay quienes lo celebran como una oportunidad de aprender haciendo. Otros quizá lo reciban con el ceño fruncido, convencidos de que “esto va a ser otra moda pasajera”. No hay problema con la duda razonable; el problema es el escepticismo como reflejo automático.
Cuando empiezan los ejercicios de entrenamiento, se abre otro abanico. Algunos comparten abiertamente cómo hacen su trabajo y escuchan con interés las observaciones. Otros guardan sus secretos como si fueran planes militares. Cuesta avanzar cuando se interponen quienes cuidan su metro cuadrado.
El progreso y, sobre todo, las dificultades que los participantes relatan son claves para dos cosas:
Esta mecánica puede resultar exigente para quienes no están acostumbrados a revisar su propio desempeño. Se asignan tareas, se exponen resultados, se conversan dificultades y se acuerdan acciones. Puede sentirse como volver al colegio. Sin embargo, eso es apenas un anticipo del compromiso que demanda P4Mf cuando ya está implantado.
¿Cómo te sentaría esa dinámica? ¿Y cómo imaginas que les sentaría a otros en tu entorno? ¿Qué tanto te facilitaría el trabajo que todos compartieran esa disciplina?
Adoptar realmente el enfoque P4Mf implica compromiso con el aporte que se espera de cada rol. No se trata sólo de “estar”, sino de contribuir. Esa contribución surge tanto de la competencia como de la actitud. Esta última depende, en gran medida, del sentido que cada uno le encuentre a su trabajo.
En las actividades que buscan mejorar las interfases personales, las actitudes también varían. Algunos se abren al diálogo y tratan de entender antes que decidir; otros se parapetan tras una postura fija, como si cambiar de opinión fuera una derrota. El arte está en detectar esas señales a tiempo y decidir dónde vale la pena invertir energía.
Esto vale para todos los miembros de la constelación. Si alguien se desengancha, el flujo se resiente y el esfuerzo de los demás se desperdicia.
¿Ves factible que en tu entorno se formen constelaciones donde las personas piensen y actúen bajo la lógica de P4Mf? Si hoy no lo ves factible, ¿qué debería cambiar para que lo fuera?
El proyecto de implantación de P4Mf busca mejorar el operar y desarrollar habilidades de gestión en las personas. Pero eso sólo es posible si quienes participan adoptan una actitud abierta y de compromiso con el cambio.
Durante cualquiera de las fases del proyecto pueden evidenciarse dos creencias opuestas. Por un lado, la de quienes confían en que la iniciativa busca el beneficio de la organización y de las personas. Por otro, la de quienes piensan que todo es un intento por automatizar y controlar más. ¿Qué chance le ves a P4Mf si campea la segunda creencia?
No todos los cambios beneficiarán a cada uno por igual. Sin embargo, mejorar el operar general depende de la contribución de todos los involucrados. Eso incluye a quienes aún podrían no percibir un beneficio personal directo. ¿Por qué contribuirían?
En definitiva, implantar P4Mf no solo reordena procesos: también desnuda estilos, creencias y maneras de relacionarse con el cambio. Cada paso en el proyecto puede servir para afinar la comprensión mutua o para ampliar las distancias. El método solo no hará la diferencia. Es clave la disposición de las personas a dejarse transformar por el trabajo conjunto.
Estos artículos sobre la implantación de P4Mf no agotan el tema. Apenas muestran algunas de sus luces y sombras, para que puedas hacerte tu propia composición de lugar.
Si algo de esto te resuena, no te apures a cambiar todo. Empieza por observarte: ¿en qué momento sueles cerrar la puerta o abrirla? Tal vez el primer cambio que P4Mf propone no sea de método, sino de mirada.